La gala de la 69ª edición de los Globos de Oro transcurrió de una manera bastante tranquila y sin sobresaltos. Los premios dejaron poco espacio a la sorpresa, y dejan todavía muy en el aire las previsiones para la próxima entrega de los Oscar del mes que viene, y cuyos candidatos se conocerán en pocos días.
Como era de esperar, The Descendants y The Artist se alzaron con los premios mayores a mejor película en sus respectivos apartados (drama y comedia/musical). La película francesa sigue siendo la mejor colocada para los Oscar, pero la cinta de Alexander Payne se ha revelado como una competidora a tener en cuenta. Por si fuera poco, el director de The Artist, Michel Hazanavicius, se quedó compuesto y sin el premio a mejor realizador, que fue a parar a manos del gran Martin Scorsese por Hugo, premiando así el atrevimiento del veterano director al hacer un film muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados.
En el apartado actoral, no había nadie en el auditorio del Nokia Theatre de Los Angeles que no esperara el premio para Meryl Streep como mejor actriz dramática por su interpretación de Margaret Thatcher en The Iron Lady, un film donde lo más destacable es precisamente el trabajo de una Streep que acumula ya ocho Golden Globes y se perfila para recibir el que sería su tercer Oscar, un premio que no gana desde 1983. Su gran rival será sin duda Michelle Williams, que ayer se llevó a casa el premio a mejor actriz de comedia/musical por su papel en My week with Marilyn.
Tampoco hubo sorpresas con los premiados a mejor actor. George Clooney y Jean Dujardin estaban en todas las quinielas y para ellos fue el Globo de Oro. Clooney ya es la tercera vez que se ve en esta tesitura, pero para Dujardin es la primera vez que se sube a un escenario estadounidense para agradecer un premio importante, que dedicó al cine de su país, todavía bastante desconocido en EE.UU.
Los premios a los papeles secundarios fueron para el veterano Christopher Plummer por su papel de viudo que sale del armario en Beginners y para Octavia Spencer, una de las sirvientas negras que sobresalen en Criadas y Señoras, un premio que tiene todavía más significado en vísperas del día de Martin Luther King que ayer se celebraba en todo el país. Por eso también tuvo especial relevancia la presencia de Sidney Poitier entregando el premio Cecil B. De Mille a toda la trayectoria cinematográfica a Morgan Freeman, uno de los actores imprescindibles de las últimas dos décadas.
El resto de premios cinematográficos fueron para el guión de Woody Allen en Midnight in Paris (puede ser la tapada en los Oscar), la música de The Artist y la canción de Madonna para W.E. El mejor largo de animación fue (como cabía esperar) Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio, mientras que la iraní Nader & Simin, una separación se coronó como la mejor película extranjera dejando a Pedro Almodóvar sin premio.
Finalmente, en lo que se refiere a la televisión, Homeland y Modern Family fueron las grandes triunfadoras de la noche. Homeland además colocó a su actriz protagonista Claire Danes como mejor actriz, galardón que también se llevaron Kelsey Grammer (Boss), Matt LeBlanc (Episodes) y Laura Dern (Enlightened). La miniserie Downtown Abbey y Kate Winslet por su papel en Mildred Pierce también se llevaron su merecido reconocimiento.
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