Cuando uno ha sido uno de los principales impulsores de un género cinematográfico (cuando no el único continuador, en algun momento), tiene todo el derecho del mundo a subvertir sus normas y sus lugares comunes. Así que, con toda la razón, Clint Eastwood dio la vuelta al género más genuinamente americano del cine, el western, en Sin Perdón (Unforgiven, 1992).
El western es el único género cinematográfico que tiene sus raíces en los Estados Unidos, y se ha convertido por derecho propio en parte de la idiosincrasia de aquel país, en un auténtico creador de mitos de conquista y de superación. Las películas del Oeste tuvieron su apogeo ya en los primeros años del cinematógrafo, y alcanzaron su punto álgido en la década de los 30 y los 40, con nombres míticos como John Ford, Howard Hawks, John Wayne o Gary Cooper, entre muchos otros. A partir de la segunda mitad del siglo, el cine tomó otros derroteros, y el western fue el género más sacrificado. Con inevitables excepciones, no sería hasta finales de los 60 y principios de los 70 cuando directores como Sam Peckinpah o Sergio Leone intentaron revitalizar el western (cada uno a su peculiar manera), un género que se ha mantenido hasta nuestros días de forma irregular, y muy frecuentemente mezclado con otros géneros.
En estos principios de los 70 es cuando aparece el Clint Eastwood director. El Clint Eastwood actor ya había aparecido en la "Trilogía del dólar" (Por un Puñado de Dólares (1964), La Muerte tenía un Precio (1965), El Bueno, el Feo y el Malo (1966)), precisamente a las órdenes de Leone. Los primeros westerns de Eastwood son importantes en tanto en cuanto crean un universo particular, de pistoleros solitarios y venganzas casi mitológicas. De ahí la importancia de una película como Sin Perdón, rodada en un año casi anacrónico para el western como 1992. El principal valor de este film reside en que subvierte la imagen y la esencia de un género que el propio Eastwood había contribuido a formar.
En los western "típicos", ya sea en la Trilogía del Dólar, o en Infiero de Cobardes (1973), o El Jinete Pálido (1985), la muerte se convierte en un acto casi heroico. Es matar o morir, apretar el gatillo antes de que lo haga tu oponente. Esto otorga una pátina de heroicidad al propio acto de matar, más allá de los motivos que lo provocan (generalmente una venganza o, al menos, una recompensa). Sin embargo, la principal conclusión de Sin Perdón es que no hay nada heroico en el hecho de quitar la vida. Matar a gente que lo merecía ya no es honroso, sino más bien patético. Lo demuestra el asesinato de los dos forajidos que habían ultrajado a las prostitutas al principio de la película, lo que desencadena la trama. Will Munny (Eastwood) y sus compañeros acaban con ellos de la manera más cobarde, disparándoles desde un escondite en la montaña o (en el colmo de la deshonra) incluso cuando están cagando. Esa es la moraleja más impactante de la película, materializada en su personaje principal, Will Munny. Munny es un antiguo forajido (¿el Josey Wales de El Fuera de la Ley (1976)?), cuya esposa le ha apartado de la senda de la violencia, y que al principio de la película cuida de su pequeña granja y de sus dos hijos. En estas primeras escenas vemos al antiguo pistolero, ya viejo y achacoso, ser arrastrado por sus cerdos, caer de bruces en el lodo y ser incapaz de acertar a una lata con su revólver. Es el ocaso del antihéroe que fue en su juventud, que conocemos a través de los relatos de los secundarios (en especial de Morgan Freeman), y que dibujan a un Munny sanguinario e implacable, nada que ver con el vejestorio en el que se ha convertido.
Cuando le llega la oportunidad de conseguir algo de dinero con la recompensa que ofrece un grupo de prostitutas a quien acabe con los dos hombres que rajaron la cara de una de ellas, Munny se ve obligado a renegar de su vida actual y volver a las andanzas del pasado. Toda la película es la lucha de Munny por recuperar su antiguo yo por última vez, para poder dejar de matar para siempre. Claro, que las cosas se complican cuando su compañero Ned Logan (Freeman) es asesinado por el sanguinario sheriff del pueblo, Little Bill Daggett (Gene Hackman). Entonces Munny vuelve a convertirse en el Josey Wales que era capaz de matar a cinco hombres de una tacada, y en una escena totalmente oscura y anticlimática acaba con el sheriff y sus secuaces, antes de pronunciar la mítica frase de "Ahora voy a salir. Como a alguien se le ocurra dispararme lo mataré, y también a su esposa, a sus hijos y a sus amigos, e incendiaré su maldita casa". Ahí vemos como el Munny de su juventud ha regresado por última vez, antes de perderse en el horizonte como en todos los finales de western que se precien.
El esfuerzo de Eastwood por dar la vuelta a toda una mitología del género fue recompensado con cuatro Oscar, entre ellos el de Mejor Película, Director y Actor Secundario (Hackman). Más allá de los reconocimientos, el principal valor de Sin Perdón es su reconocida falta de autocomplacencia, su manera de asumir las miserias humanas en un mundo que fue de héroes y pioneros pero que ahora sólo está poblado por déspotas, cazarrecompensas y demás calaña. Y cuando uno ha pasado de lo primero a lo segundo, lo mejor que puede hacer es calarse el sombrero hasta los ojos, tomar el dinero y alejarse sin decir nada hacia el horizonte.
FICHA TÉCNICA
Título Original: Unforgiven País: EE.UU. Año: 1992 Dirección: Clint Eastwood Guión: David Webb Peoples Fotografía (Color): Jack N. Green Montaje: Joel Cox Diseño de producción: Henry Bumstead Duración: 131 minutos Intérpretes: Clint Eastwood (Will Munny), Gene Hackman (Little Bill Daggett), Morgan Freeman (Ned Logan), Richard Harris (English Bob), Jaimz Woolvett (The Schofield Kid), Saul Rubinek (W.W. Beauchamp)
GALARDONES
- 4 Oscar (1993): Mejor película, Mejor Director, Mejor Montaje, Mejor Actor de Reparto (Gene Hackman
- 5 nominaciones al Oscar (1993): Mejor Actor Principal (Clint Eastwood), Mejor Dirección Artística, Mejor Fotografía, Mejor Sonido, Mejor Guión Original
- 2 Globos de Oro (1993): Mejor Director, Mejor Actor de Reparto (Gene Hackman)
No hay comentarios:
Publicar un comentario