Una semana después de que el fenómeno Tintín arrasara en taquilla convirtiéndose en el estreno de más éxito de lo que llevamos de año, los lanzamientos de esta semana puede que no resulten tan llamativos, aunque sin duda econtramos propuestas más que interesantes.
La película de la que más se ha hablado estos últimos días es Melancolía (Melancholia, 2011), último trabajo del siempre controvertido Lars von Trier. Lo más comentado ha sido la polémica del último festival de Cannes (polémica que, por otro lado, viene de perlas a la promoción de la peli), en la que el director danés acabó dejando caer (más por torpeza que por convencimiento real) cierta simpatía hacia Hitler y el nazismo. Como ya sabemos, esto le supuso la expulsión del festival y ha traído como consecuencia que Von Trier haya decidido no celebrar más ruedas de prensa, por lo que pueda pasar.
Sin embargo, no todo fueron malas noticias en Cannes. La película recibió buenas críticas (en general) y se llevó el premio a la mejor actriz, una Kirsten Dunst en estado de gracia en la que es sin duda la mejor interpretación de su carrera. Melancolía tiene en su contra todos los tics inherentes a su director (grandilocuencia, megalomanía, suficiencia), pero al mismo tiempo presenta una impresionante fuerza visual y propone una interesante y poderosa reflexión sobre la soledad. Bajo el engañoso aspecto de un film de ciencia-ficción (con un planeta a punto de colisionar con la Tierra), Melancolía es un relato lleno de meditación filosófica que hará las delicias de los fans del cine de Von Trier, después del relativo fiasco de Anticristo (2009), polémico film previo del cineasta danés.
De nuestro país llega Verbo (2011), debut en el largometraje de Eduardo Chapero-Jackson, cineasta de prestigio en el mundo del corto. Verbo es una película adscrita al género del fantástico, basada en las vivencias de una joven (la debutante Alba García) en un universo paralelo que sirve de vía de escape a una realidad sin mucho sentido. Más allá de la calidad del film (cuyo principal fuerte es su aspecto visual), cuenta a su favor con el tirón entre el público teen de bellezas como Verónica Echegui y sobretodo del Duque Miguel Ángel Silvestre.
En cuanto al cine made in Hollywood, encontramos propuestas de todos los pelajes. Empezando por la comedia de acción cabe destacar Un golpe de altura (Tower Heist, 2011), film dirigido por Brett Ratner (responsable de la saga Hora Punta) y protagonizado por un sugerente elenco de actores encabezado por Ben Stiller y Eddie Murphy, que planean un atraco a un edificio para vengarse del magnate (un Alan Alda que creíamos desaparecido) que les ha dejado sin trabajo.
Para los fans del género musical y los nostálgicos de los 80 llega Footloose (2011), remake del film homónimo de 1983 (protagonizado por Kevin Bacon) que narra las aventuras de un joven enamorado del rock and roll que llega a un pueblo donde su predicador ha prohibido el baile. Música, bailes y cuerpos sudorosos para quienes echan de menos Flashdance o Dirty Dancing.
Y aquellos que quieran pasar un poco de miedo pueden elegir entre sumergirse en un lago lleno de tiburones (Tiburón 3D: la presa, 2011) o adentrarse en una casa encantada (Detrás de las paredes, 2011). La primera es la mil veces repetida historia de un grupo de jóvenes (con cuerpos perfectos, cómo no) que sueñan con pasar unos días de plácidas vacaciones y ligoteo en un lago, hasta que descubren que está infestado de escualos asesinos, por lo que el principal interés radica en cómo va a morir cada uno de ellos (no en vano el director David R. Ellis es el mismo de la saga Destino final), aderezado además con el 3D para que resulte más impactante. En cuanto a la segunda, viene precedida por un aluvión de críticas negativas respecto a la desganada labor del por otro lado solvente Jim Sheridan (En el nombre del padre, En América) y de su reparto protagonista, encabezado por Daniel Craig, Rachel Weisz y Naomi Watts. Sin ver la película, sorprende la unanimidad de aquellas reseñas que señalan lo aburrido y poco interesante del film.
Finalmente, cabe destacar otra propuesta que también estuvo en el último festival de Cannes, Habemus Papam (2011). La última película de Nanni Moretti (otro autor capaz de dividir a su público entre amantes y detractores sin apenas término medio) tiene la originalidad de presentar a un papa (un soberbio Michel Piccoli) en plena crisis existencial y lleno de dudas que ponen en peligro la integridad de la Iglesia Católica. Del equilibrio entre la seriedad del film y las bromas de Moretti depende en gran parte el éxito que puedan tener esta cinta entre el público.
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