Si es verdad lo de que segundas partes nunca fueron buenas, mejor no acercarse por las salas de cine este fin de semana, puesto que la cartelera llega repleta de secuelas, más o menos innecesarias. Pero también hay opciones para los que quieran pasar un rato de entretenimiento, e incluso para los que les apetezca pensar un poco o asistir de nuevo al carnaval humano. Empecemos el repaso a la cartelera:
Los fans de la ciencia-ficción y de los films futuristas tienen donde elegir esta semana. Los que tiren más hacia las distopías futuristas (o el público adolescente en general, dado el reparto) seguramente acudan a In time (2011), el esperado regreso a la dirección de Andrew Niccol, un director poco prolífico (cuatro largometrajes en catorce años) pero que despertó mucha admiración cuando debutó con Gattaca (1997). Si en aquella ocasión el futuro se presentaba como un lugar en el que los seres humanos eran seleccionados genéticamente y discriminados en base a su código genético, esta vez nos encontramos ante un porvenir en el que el tiempo se ha convertido en moneda de cambio para conseguir alargar la vida. Así, los ricos pueden vivir eternamente mientras que el pueblo llano se ve obligado a trapichear para seguir con vida. Justin Timberlake (cada vez más dedicado al cine y menos a la música) y Amanda Seyfried son la atractiva pareja protagonista de este film con reminiscencias de La isla o La fuga de Logan.
Los que opten por la típica historia de lucha y superación en el mundo del deporte con un transfondo sentimental tienen su gran oportunidad ante Acero puro (Real Steel, 2011), película que (sorprendentemente) ha tenido una gran acogida en EE.UU. donde ha liderado la taquilla durante varias semanas. En un futuro en el que el boxeo ya no se compite entre seres humanos sino entre robots, un antiguo púgil venido a menos (Hugh Jackman) intenta volver a la cumbre con un robot que ha sacado del desguace para demostrar su valía ante su hijo. Es decir, que si metes en una coctelera Rocky, Transformers y The Champ puede salir algo parecido a este Acero Puro que puede tanto seguir su racha triunfal entre el público (que no entre la crítica) como salir escaldada. Dirige Shawn Levy, hasta ahora especialista en comedias "para toda la familia" (Doce en casa, Noche en el museo).
Ahora bien, estas dos propuestas estadounidenses tendrán una dura pugna contra Fuga de cerebros 2, (2011), la ¿esperada? secuela del film de 2009 que tuvo una buena acogida popular pese a sus escasas aspiraciones. En esta ocasión hay nuevo director (el debutante Carlos Therón), nuevo protagonista (Adrián Lastra) y nueva universidad, pasando de Oxford a Harvard. Los que vayan a verla ya saben lo que se puede esperar: humor grueso, chistes visuales, algo de carne y un cameo de David Hasselhoff. Es decir, elementos de sobra para los que consideran un botellón como la forma máxima de entretenimiento y cultura.
Además de la Fuga de cerebros, otras dos secuelas desembarcan en los cines este fin de semana, aunque destinadas a un público más infantil. De Australia llega Happy Feet 2 (2011), segunda parte de las aventuras de los pingüinos que se llevaron el Oscar al mejor largo de animación en 2006. Y de Alemania aterriza (o más bien atraca) Vicky el Vikingo y el Martillo de Thor (Wickie auf grosser Fahrt, 2011), regreso del televisivo pequeño vikingo, esta vez con la misión de rescatar a su padre, secuestrado por Sven "el Terrible".
Los que busquen una sala sin niños y adolescentes hormonados también tienen donde elegir. Por ejemplo, la nueva película de Robert Redford, incomprensiblemente titulada en España La conspiración (The conspirator, 2011). Redford recrea el juicio posterior al asesinato de Abraham Lincoln (tema de moda en EE.UU., Steven Spielberg ya está rodando su biografía del famoso presidente encarnado por Daniel Day-Lewis), en el que se detiene a ocho personas acusadas de conspirar para el magnicidio. James McAvoy es el abogado contratado para defender a una de las acusadas (Robin Wright) y destapar los trapos sucios que se esconden tras el proceso. Veremos si un tema tan estadounidense como la muerte de Lincoln es capaz de atraer al público español.
Los fans de Mia Wasikowska están (estamos) de enhorabuena. La protagonista de la Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton se ha hecho un poco más mayor y se permite hacer doblete en nuestras pantallas. Su presencia etérea se hace protagonista de Restless (2011), la última película del irregular Gus Van Sant (Mi Idaho privado, Elephant) en la que un joven cuya principal afición es acudir a entierros de desconocidos (¡!), interpretado por Henry Hopper (hijo de Dennis Hopper), conoce en uno de ellos a una chica con una enfermedad terminal (Wasikowska) con la que inicia una peculiar relación. La mayoría de críticos señalan que entre los altibajos de la producción de Van Sant a esta película le corresponde la parte de los "bajos". Habrá que verla para comprobarlo.
La actriz australiana de origen polaco protagoniza también Jane Eyre (2011), nueva adaptación del clásico de Charlotte Brönte que aguanta como pocos el paso de los años. Wasikowska da vida a Jane Eyre, una joven de origen humilde que entra a trabajar al servicio del señor Rochester (Michael Fassbender, otro actor con el don de la ubicuidad), iniciándose entre ellos una relación tan apasionada como complicada. Completan un gran reparto Judi Dench, Jamie Bell y Sally Hawkins, y dirige el casi desconocido Cary Fukunaga.
Finalmente, los estrenos de la semana se completan con la propuesta cubano-española Afinidades (2010). Vladimir Cruz y Jorge Perugorría dirigen y protagonizan este drama donde los protagonistas buscan en el sexo la evasión de sus problemas existenciales. También tenemos El verano de Martino (L'estate di Martino, 2010), film italiano dirigido por Massimo Natale y protagonizado por un adolescente que en el verano de 1980 vive el paso de la niñez a la madurez descubriendo el primer amor y la pasión por el surf, inculcada por un veterano soldado estadounidense (Treat Williams).
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