Si hay algo que se le deba reconocer a Hollywood es, aparte de saber vendernos la moto como nadie, su capacidad de reírse de sí mismo. A la industria americana se le puede acusar de muchas cosas, especialmente de su innata obsesión por no mirar más allá de su propio ombligo, pero no podemos negar que cuando toca reflexionar sobre sus propios valores, el cine americano no tiene pegas en hacerlo de la manera más directa y autoparódica posible. De vez en cuando, y especialmente en estos tiempos de posmodernidad en lo que todo parece volver a estar de moda (lo malo y lo bueno), Hollywood autoindaga en su propia idiosincrasia y, con un poco de suerte, es capaz de hacer películas que desmonten (o al menos resten importancia) su propia leyenda. A veces pienso que es precisamente esto lo que le falta a nuestra industria del cine, un poco más de sentido del humor y de capacidad de autocrítica.Quizá si dejáramos de fijarnos tanto en la Guerra Civil o en los problemas de los barrios marginales y nos dedicáramos un poco más a desdramatizar sobre nuestra propia industria, el crónico problema del cine español se vería de otra manera. Por fortuna (y a diferencia de España), todavía hay cineastas en Estados Unidos capaces de reírse de sí mismos y de toda la industria que les rodea y, no lo olvidemos, les sustenta.
Y Ben Stiller es uno de estos cineastas. Un actor-director que nunca ha tenido problemas en reirse de todo, y mucho menos del propio Ben Stiller. Sus comedias han tenido mayor o menor fortuna, y a veces han rozado el estereotipo de humor de sal gruesa, pero es innagable su capacidad de hacer reir ya sea ante o detrás de las cámaras. Y Tropic Thunder (2008) no es ninguna excepción. Stiller decidió que le apetecía echarse unas risas a costa de lo que ha hecho de Hollywood la industria más poderosa del siglo XX. Pero no unas risas vacías, sino llenas de contenido crítico, el contenido que lleva implícito una parodia. En Tropic Thunder no queda títere con cabeza. Da un repaso (en el más amplio sentido de la palabra) a los géneros cinematográficos que semana tras semana copan los números uno de taquilla, desde la comedia escatológica en la que un actor interpreta a cinco o seis personajes, estilo Eddie Murphy, hasta la película supuestamente independiente e intelectual con toques homosexuales (como aparece en los falsos tráilers del principio de la película, con un Tobey Maguire espectacular), pasando por los films de acción a mayor gloria de su protagonista (con un número de secuelas que roza lo indecoroso) o las películas sobre "personas con deficiencias psíquicas" que suelen tocar el corazón de la Academia la noche de los Oscar. A este respecto, la reflexión que mantienen dos de los protagonistas de Tropic Thunder en relación con los papeles de "retrasados" y los Oscar es sencillamente genial.
Aunque, como es de esperar, el género más aludido es el cine bélico, más concretamente el cine sobre Vietnam, aquél que a partir de la década de 1970 se instaló en el imaginario colectivo como una de las señas de identidad del cine americano. Títulos como Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) o Platoon (Oliver Stone, 1986) aparecen referenciados, y no por casualidad, en Tropic Thunder. Nos situamos en el rodaje de la película bélica más cara de todos los tiempos. El propio Stiller presenta como elenco protagonista a los tipos de actores más significativos de la industria: el héroe de acción venido a menos (el propio Stiller), el actor "de método" (Robert Downey Jr.), el actor con problemas con las drogas (un sobreactuadísimo Jack Black, curiosamente en el papel que podría representar al Downey Jr. real), el rapero metido a actor de éxito (Brandon T. Jackson) o el eterno secundario condenado a papeles de relleno (Jay Baruchel). Todos ellos dirigidos por un inexperto director británico (un divertidísimo Steve Coogan) y bajo el yugo de un productor sin escrúpulos, un irreconocible Tom Cruise en el papel más desmadrado de su carrera. Todo se complica cuando lo que creían que formaba parte del rodaje se convierte en una "guerra" de verdad contra un grupo de narcotraficantes. En ese momento, los cinco actores protagonistas deben olvidar sus rencillas y luchar en serio por salvar su propia vida.
Sin duda, la parte del león se la llevan las conversaciones entre los actores, discutiendo sobre la profesión en el mundillo de Hollywood. No faltan reflexiones cargadas de ironía, con la asunción de la propia debilidad como bandera para hacer humor. Es de destacar la mítica frase que pronuncia Downey Jr. cuando dice "yo estoy metido en mi papel hasta que acabo el making of". Esto resulta especialmente gracioso si recordamos lo que le pasó al propio Downey Jr. cuando interpretó a Chaplin (metiéndose en el personaje como nunca), y se quedó sin un Oscar que parecía cantado. Sin duda, ser capaz de pronunciar frases como esta merece un aplauso y, casualidades de la vida, otra nominación al Oscar.
Stiller tampoco descuida la parte visual, aunque en mi opinión esta tiene menos importancia que el veneno contenido en los diálogos. La fotografía se limita (de forma autoconsciente, claro) a repetir los clichés del género bélico, recurriendo a la cámara lenta en los momentos más épicos, a la sucesión vertiginosa de planos o a la profusión de tiros y espectaculares explosiones. Pero, como he dicho, el principal valor del film es esa dosis inmensa de parodia, parodia del cine e incluso parodia de las películas que parodian el cine. Además, cuenta con unos actores más que dispuestos a desmitificar su propia imagen, y a poner de manifiesto sus más ocultas debilidades. Todo ello aderezado de un gran sentido del humor y de momentos realmente hilarantes, como la antológica muerte del oso panda. Una película divertida de principio a fin, pero también una reflexión (en algún modo amarga) sobre todo aquello sobre lo que está montada la fábrica de sueños. Es decir, arenas movedizas como en la selva de Vietnam.
FICHA TÉCNICA
Título Original: Tropic Thunder País: EE.UU., Reino Unido, Alemania Año: 2008 Dirección: Ben Stiller Guión: Ben Stiller, Justin Theroux, Etan Cohen Fotografía: John Toll Montaje: Greg Hayden Música: Theodore Saphiro Duración: 107 minutos Intérpretes: Ben Stiller (Tugg Speedman), Robert Downey Jr. (Kirk Lazarus), Jack Black (Jeff Portnoy), Jay Baruchel (Kevin Sandusky), Brandon T. Jackson (Alpa Chino), Nick Nolte (Four Leaf Tayback)
GALARDONES
- 1 nominación al Oscar (2009): Mejor actor de reparto (Robert Downey Jr.)
- 2 nominaciones a los Globos de Oro (2009): Mejor actor de reparto (Robert Downey Jr. y Tom Cruise)
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